Turismo familiar

Vilagarcia Turismo > Experiencias > Turismo familiar

Aventuras cotidianas

¿Llegar a una isla en zodiac y recorrerla hasta descubrir un árbol comepiedras? ¿Contemplar el río y la ría desde lo alto de un monte? ¿Aprender a recolectar almejas y berberechos de la mano y las manos de expertas mariscadoras? ¿Sumergirnos en la prehistoria recorriendo un antiguo castro? ¿Alojarse en un pazo con piscina o en un camping a pie de playa fluvial? ¿Tomarse un helado viendo la ría de Arousa? Todo esto, y mucho más, es lo que ofrece Vilagarcía como destino vacacional para familias.

Por su privilegiada posición en la costa atlántica, a medio camino entre Vigo y A Coruña, y siendo playa y puerto de Compostela, no hacen falta muchas más explicaciones sobre la facilidad no ya para llegar a la ciudad sino para desplazarse después.

La hostelería está bien preparada para recibir a las familias, tanto en alojamiento como en gastronomía, con precios y menús para todos los gustos y bolsillos.

Para los que disfrutan de viajar en caravana la ciudad pone a su disposición un parking gratuito con vigilancia y servicios para limpieza y repostaje de agua.

Y, una vez acomodados, comienza la aventura. Lo más recomendable para empezar quizá sea dejarse llevar por la ciudad, a través de la ruta histórica. Y a partir de ahí, todo consiste en decidirse. Y no será fácil. Si lo que se busca es el contacto con la naturaleza, grandes y pequeños se lo pasarán muy bien con cualquiera de las propuestas. Lo más cercano, el parque botánico de Valdés Bermejo y su contiguo Castro de Alobre, toda una invitación a viajar al pasado. De similares características, combinando medioambiente y patrimonio histórico, es otra visita muy recomendable para disfrutar en familia: el pazo de Rubiáns, jardín de excelencia internacional de la Camelia y prototipo de construcción señorial que nació en la época medieval para convertirse siglos después en un palacete de estilo francés.

Pero hay más: bien desde Vilagarcía, bien desde Carril, podrán conocer la ría en una embarcación o en un viejo galeón, navegando entre bateas y delfines, cuando toca. Igualmente, visitar la isla de Cortegada, incluida en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas, tanto de día (dejándose llevar por la magia del bosque de laurel y las viejas leyendas) como de noche (disfrutando e interpretando el cielo estrellado). Podrán, asimismo, recorrer los montes que bordean la ciudad, sea a pie, sea en bici (que se puede alquilar), y descubrirán dos valles, dos provincias y una ría y un río que se funden en su abrazo a Cortegada.

Por supuesto, siendo un histórico centro vacacional y “mar de Compostela”, los arenales no pueden faltar en el menú familiar. Dos de ellos, los de O Preguntoiro, en Vilaxoán, al sur, y de Campanario, en Bamio, al norte, disfrutan de bandera azul. Con todo, los más utilizados son los de A Concha-A Compostela, que aun sin contar con ese distintivo, ofrecen todos los servicios: socorrismo, duchas, áreas de descanso, etcétera, todo al pie de un paseo marítimo que une las villas de Vilagarcía y Carril a lo largo de casi dos kilómetros de recorrido alejado de cualquier presencia de coches.

Por último, y dentro de la extensa oferta familiar, no debemos olvidar las actividades de ocio que se programan bajo cubierto –el Auditorio, el Salón García, las 7 salas de cine– y en la calle. Claro que, en este caso, dependerá de la que época en que nos visiten. Si es verano, hay tres citas ineludibles para que grandes y pequeños compartan y compitan en recuerdos: la fiesta del Agua, el certamen internacional de Festiclown y el centenario festival pirotécnico del Combate Naval. Si es invierno, su cita está en Fexturrón, una feria de ocio que incluye pista y tobogán de hielo, autos de choque, carruseles y un sinfín de actividades, todo a precios familiares.

X