Vilagarcía ofrece numerosos atractivos que el viajero no debe perderse. En unos casos es preciso descubrirlos personalmente, pero en otros vale la pena recurrir a la iniciativa municipal, comarcal o privada. La oferta varía y se renueva cada año, por lo que es aconsejable visitar la oficina de turismo, a fin de conocer las últimas propuestas.
Para tomar un primer contacto con Vilagarcía, nada mejor que dejarse perder por sus calles. Pero también cabe la posibilidad de hacerlo a vista casi de pájaro, subiéndose, para ello, a alguno de sus miradores. Estos son los principales:
Para obtener una amplia panorámica de la ría y de Vilagarcía conviene visitar el mirador de los montes Xiabre y Meda, ambos contiguos. Son fáciles de ubicar por las torres eólicas y de reemisión de TV. A un lado veremos la ría y sus polígonos de bateas y, al pie, el entramado urbano de Vilagarcía. A otro, el río Ulla en su tramo final, alcanzando la visión hasta las Torres de Oeste, donde se celebra la famosa Romería Vikinga de Catoira, y el valle del Ullán y de Caldas de Reis.
Asentado sobre lo que fue el Castro Lupario y más tarde un castillo que sería testigo de las andanzas de la Reina Urraca y el arzobispo Gelmírez, el mirador está situado en el término municipal de Vilanova de Arousa, pero la forma más fácil de acceder a él es a través de la PO-301, desde Vilagarcía. Una vez arriba es necesario dejar el coche y subir alrededor de 200 peldaños rústicos. Desde aquí se divisa toda la ría de Arousa y gran parte del valle de O Salnés.
Desde la parte alta de la villa marinera de Carril obtendremos una espléndida vista de la desembocadura del río Ulla y de buena parte de la ría de Arousa. Pero también, y sobre todo, de la isla de Cortegada, antigua posesión real y hoy integrada en el Parque Nacional de las Islas Atlánticas. A este mirador se accede desde la calle que parte de la iglesia parroquial.