Vilagarcía, capital de la Ría de Arousa y puerto natural de Santiago de Compostela, cuenta con una población de unos 38.000 habitantes, lo que la convierte en la octava ciudad de Galicia.
Es un lugar con características diferenciales. No en vano, pocas ciudades pueden ofrecer una situación y un clima como el que disfruta Vilagarcía, a orillas del mar y sin temperaturas extremas, y además, puerto de interés general, estación del ferrocarril, acceso directo a la autopista, dos aeropuertos a poco más de media hora de camino, hospital, recinto ferial, auditorio, un rico patrimonio histórico-artístico, una gastronomía en la élite gallega, comercio tradicional y franquicias internacionales, playas que reciben asiduamente la bandera azul, puerto deportivo, paseo marítimo, complejo polideportivo que incluye piscina, spa y estadio de atletismo, fiestas de interés turístico nacional y una amplia y variada oferta lúdica, cultural y deportiva.
Por todas estas razones, Vilagarcía de Arousa es un lugar ideal para vivir tranquilamente, con todos los servicios de una ciudad sin los agobios de ésta y la posibilidad de disfrutar de la oferta lúdica de los principales ayuntamientos gallegos sin necesidad de grandes desplazamientos. En definitiva, un lugar con calidad de vida.
Vilagarcía forma parte de dos realidades geográficas distintas pero complementarias: el Valle del Salnés y la Ría de Arousa.
Los petroglifos de Os Ballotes y Meadelo, en Bamio, y los castros de Alobre, Carril, Agudín y Lobeira, así como los numerosos restos de la civilización romana, demuestran un poblamiento continuo de esta privilegiada porción del litoral galaico.
La primera referencia documental a Vilagarcía data del año 912, cuando el obispo Sisnando cede la antigua Arealonga al Monasterio de San Martín Pinario. Durante centurias, los monjes compostelanos ejercieron su dominio, hasta que en el siglo XV una familia de hidalgos, los Caamaño, fundó lo que sería y es “el puerto y villa de Vilagarcía”.
El siglo XVII fue un momento de esplendor, con la figura de Fernando de Andrade y Sotomayor, descendiente de los fundadores y arzobispo de Santiago. Con don Fernando, Vilagarcía logro el Marquesado a favor de su hermano, Mauro de Mendoza. Después, un nieto de este, Antonio José de Mendoza y Sotomayor, III marqués y virrey del Perú, consiguiría la concesión de un mercado franco que aún hoy se celebra
El siglo XIX fue el de la consolidación de Vilagarcía como puerto y villa cabecera de Arousa y O Salnés. En 1808 fue la primera ciudad de Galicia en levantarse contra la dominación francesa, por lo que fue duramente reprimida. Este hecho obligó a su reconstrucción y a mirar al puerto como motor de futuro.
En 1913, los ayuntamientos entonces independientes de Carril, Vilaxoán y Vilagarcía se unieron para convertirse en la actual Vilagarcía de Arousa, una ciudad abierta y mestiza, que lidera una de las comarcas con mayor proyección de Galicia.