Invierno

Fexturrón es una feria de ocio que se desarrolla en el recinto ferial de Fexdega durante todo el período navideño, entre el 6 de diciembre y el 7 de enero, abarcando por tanto las vacaciones escolares. Sus dos principales atractivos son la pista y el tobogán de hielo. Pero hay mucho más: autos de choque, cine en 3D, carruseles, talleres de manualidades y cuentacuentos, entre otras actividades. Todo bajo cubierto y con una inequívoca decoración navideña. Los precios son realmente bajos al contar con el patrocinio del Ayuntamiento, que convierte al Fexturrón en su principal apuesta para la Navidad, junto con la Cabalgata de Reyes y otros actos de animación en las calles.

Caritarte es una singular exposición colectiva de arte en la que sus autores deben presentar obras de 30×30 centímetros. Los artistas ponen los precios y el dinero que obtienen lo donan, en parte o en su totalidad, al comedor social de Cáritas Interparroquial. La muestra empieza a mediados de diciembre y concluye el día de la Cabalgata de Reyes, el 5 de enero, en la Sala de Exposiciones Rivas Briones.

Los vilagarcianos que lo desean se reúnen en la plaza de Ravella para celebrar juntos la despedida del año. Las uvas, repartidas gratuitamente, al igual que el cava, las guirnaldas y los confettis, se toman al son de las campanadas de la casa consistorial. Pero no a las 12 de la noche, sino a las 12 del mediodía.

Es, sin duda, la más importante de las cabalgatas que se celebran en la comarca pero también, con una larga tradición tras de sí, una de las mayores de toda Galicia. Varias carrozas, grupos musicales, pajes, escoltas… y así hasta sumar una comitiva de 700 personas participan en un espectáculo callejero en que se reparten 3.500 kilos de caramelos. El desfile concluye en la plaza de Ravella, ante un belén viviente, y prosigue con la recepción de los reyes a todos los niños que lo deseen en el salón noble de la Casa Consistorial.

Una magnífica excusa para perderse por las calles de la villa siguiendo el itinerario trazado por la veintena de bares que participa en esta ruta gastronómica que se celebra dos veces al año, una en invierno (febrero) y otra en verano (junio). En cada edición la hostelería vilagarciana ofrece con esmero, calidad e imaginación, tanto a vecinos como a turistas, la posibilidad disfrutar de variadas, creativas y sugerentes propuestas gastronómicas. “Croqueta invertida de steack tartar con bechamel de mango”, “delicia de jamón de pato en confit de puerro con mistura de quesos en crema de vino añejo” o “cordero deshuesado en lámina crocante y encurtido casero sobre parmentier de boniato y demi-glace” son solo tres ejemplos de lo que nos podemos encontrar en esta singular ruta.

El Carnaval, fiesta de hondas raíces en el mundo católico, ofrece por unas horas la oportunidad de transgredir el orden social y divertirse sin cortapisas. A pesar de que cada año son más habituales los disfraces muy trabajados, no hace falta más que ropa vieja y algo de imaginación para participar en la fiesta, convirtiéndose en un “choqueiro”, una figura tradicional del “entroido” gallego. El carnaval concluye con el popular “entierro de la sardina”, que anuncia el comienzo de una nueva etapa.

Consiste en un programa de conciertos matinales y de pequeño formato, dirigidos a un público familiar que quiere disfrutar de la música en vivo y en directo. Se realiza el primer domingo de cada mes durante febrero, marzo y abril, en el Salón García, un recinto de estilo italiano creado a finales del siglo XIX y con un aforo limitado a 250 butacas. Las entradas tienen precios populares.