Mientras se degusta la cocina casera, en la que destacan el pulpo y los pescados, puede disfrutarse del mar a través de sus cristaleras, que se asoman al paseo marítimo.
Cercano a la playa y al centro de la villa, este restaurante ofrece habitualmente un menú del día con tres o cuatros primeros y segundos platos a escoger.
Situado a unos 4 kilómetros del centro de Vilagarcía, en el límite con el municipio con Caldas de Reis, en la carretera a Pontevedra. Su carta se basa en la cocina gallega tradicional, utilizando como materias primas productos de temporada y de la zona. Sus ampilos salones acogen numerosas celebraciones.