Dormir en una habitación que antaño pisaron damas e hidalgos, o bien en una modernísima estancia. Quizá prefiera, en cambio, una casa rural, con todo el sabor de ayer, un camping a orillas del río, o incluso, por qué no, una modesta pensión ¿Lo quiere en el centro de la ciudad, en el campo o quizá al pie del paseo marítimo? Sea lo que sea, en Vilagarcía encontrará la respuesta. Para todos los gustos, de todos los precios. Pero, en cualquier caso, felices sueños garantizados.