De estilo barroco, fue construida a finales del siglo XVII, sobre una capilla o iglesia cuyo origen se desconoce. La parroquia en sí es muy antigua, de hecho figura en un documento de 1142 por el cual el rey Fernando VII hace confirmación de la propiedad del territorio a favor del Monasterio de San Martín Pinario, en Santiago; posesión que en, cualquier caso, tenía su raíz en una donación del obispo Sisnando en 910.
La iglesia, tal y como hoy la conocemos, no comenzó a tomar forma hasta varios siglos después. En 1566, Rodrigo de Mendoza, vilagarciano nacido en el pazo de Vistalegre y abad de Teverga, en Asturias, dicta testamento en el que deja dinero para que se “reedifique y ensanche” la iglesia de Vilagarcía, ya que en la existente “ni cabía todo el pueblo” ni servía para desarrollar “los más divinos oficios”.
Sin embargo, no sería hasta casi un siglo más tarde cuando otro insigne descendiente de la casa de Vistalegre, Fernando de Andrade y Sotomayor, arzobispo de Santiago, ordenó “ampliar” –esta vez sí- la iglesia parroquial en la que él mismo se había bautizado. Muy probablemente, las obras del templo llegaron a coincidir con las de la iglesia y convento de Vistalegre, que el mismo arzobispo mandó construir en 1642. De hecho, ambos conjuntos quedaron desde entonces unidos por un puente que salvaba las marismas, una imagen que se mantuvo viva hasta que aquellas fueron desecadas y urbanizadas a finales del XIX.
La iglesia de Santa Baia (Eulalia) es un templo austero, con una pequeña portada que encierra una puerta adintelada dentro de pilastras y un frontón partido, coronado por otro frontón curvo, que acoge una hornacina con la imagen de la santa. A ambos lados, los escudos de la casa de Vistalegre, de similar factura a los que figuran en el pazo y el convento del mismo nombre. De cruz latina, la nave principal, de cuatro tramos, guarda ciertas similitudes con la de la iglesia de San Martín Pinario. Con dos capillas laterales, una de San Miguel y otra del Rosario, la primera destaca por su conjunto escultórico y la segunda por su monumentalidad, que recuerda a la de la capilla del Cristo de Burgos, en la catedral de Santiago, en cuya traza se basó la vilagarciana.
Un último aspecto a destacar es el ábside, no sólo por sus ventanas, cuyas características quedan expuestas, sino por los canecillos –pequeñas piezas esculpidas que sostienen la cornisa- en los que el artista daba rienda suelta a su imaginación, como lo demuestra la postura cuando menos poco respetuosa que, para tratarse de un templo, adopta alguna figura.
Dirección: Praza de España, 6, 36600 Villagarcía de Arosa, Pontevedra
Web: santaeulaliadevillagarcia.es
E-mail: parroquia@santaeulaliadevillagarcia.es
Teléfono: 986 50 12 31