La estación de Os Ballotes, en la parroquia de Bamio, es una de las más importantes y demuestra la antigüedad del asentamiento de población en Vilagarcía de Arousa.
Pocas veces un yacimiento arqueológico ofrece tantas posibilidades. Castro de Alobre invita a hacer un fantástico viaje a través del tiempo: desde la cultura castreña al Medievo, pasando por la romanización.
De todos los pazos de Vilagarcía, el de Vistalegre es el único que cuenta con la declaración de Monumento Histórico Artístico. El edificio hunde sus raíces en la fundación misma de Vilagarcía
Para entender la importancia de Rubiáns hay que retroceder en el tiempo, al siglo XIV, cuando la guerra de sucesión entre Enrique de Trastámara y su hermanastro Pedro por la Corona de Castilla abrió nuevas posibilidades para una clase emergente: los hidalgos.
Dominando desde siempre un vasto territorio, no en vano figuraba como “quinta” en distintos planos antiguos, hoy A Golpelleira es una suntuosa residencia que sirve de escenario para los más variados eventos.
El de O Rial es, sin duda, el más importante de los pazos que se ubican en Vilaxoán. Su imagen recuerda claramente la de su vecino de Sobrán: una gran casa flanqueada por dos torres.
Datado inicialmente en el siglo XVI y luego muy reformado en el XVIII, el de Pardiñas es el contrapunto a los otros dos pazos existentes en Vilaxoán: Sobrán y O Rial.
Íntimamente relacionado con el escritor Ramón María del Valle Inclán, el pazo de Rúa Nova se halla a caballo entre las parroquias de Sobrán (Vilagarcía) y András (Vilanova).
La iglesia de Carril está dedicada a Santiago Apóstol y no por casualidad, teniendo en cuenta la antiquísima relación de la villa marinera con Compostela, de la que fue su puerto.
De estilo barroco, fue construida a finales del siglo XVII, sobre una capilla o iglesia cuyo origen se desconoce. La parroquia en sí es muy antigua, de hecho figura en un documento de 1142.
Es una de las más bellas manifestaciones del arte románico en Galicia y también en España. La mayoría de los estudios la sitúan cronológicamente en el siglo XII.”
La iglesia de Fontecarmoa siempre se consideró como la cenicienta. Sin embargo, es -al menos en origen- uno de los más antiguos, pues su traza primitiva data del siglo XII.